Homenaxe a Cariño López

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O Concello participará na homenaxe a Ángel Cariño López, o cariñés que loitou na Segunda Guerra Mundial e que vén sendo actualidade gracias a investigacións recentes que aportan unha valiosa información sobre a súa figura. Diversos xornais, entre eles El País hai xa máis dun ano, fixéronse eco desta interesante figura.

A xornalista Antía Díaz Leal plasmou o pasado domingo nas páxinas de La Voz de Galicia algúns detalles sobre a vida de Cariño López e a homenaxe en preparación:

Cariño homenajeará a su héroe

El percebeiro que luchó en la Segunda Guerra Mundial contará este mes con una placa en su villa natal

Su carné de refugiado indica que nació en «La Piedra (La Corogne)». Corría el año 1914, y la Gran Guerra estaba a punto de comenzar. En las siguientes tres décadas, a Ángel Cariño López le dio tiempo a ganarse la vida como percebeiro de tierra, obrero en una fábrica, casarse dos veces, tener varios hijos y luchar en dos guerras: la Civil, en España, y la Segunda Guerra Mundial. En el frente de África, en Francia y en Alemania. Y a cambiar sus apellidos originales (Rodríguez Leira) por los que llevaría hasta su muerte, en Francia, en el año 79: Cariño López. Era la manera que tenían los soldados españoles de indicar su lugar de origen, si caían en el frente.

Treinta años después de su muerte, su patria chica está a punto de rendirle un homenaje. Tras la petición realizada por la asociación coruñesa The Royal Green Jackets, el alcalde de Cariño, José Luis Armada, asegura que el Concello «va a participar activamente en este homenaje, asumiendo los gastos». Todavía está por determinar la fecha, que depende de la agenda de la asociación y el Ayuntamiento, pero el regidor apunta que será «en este mes de noviembre». Como también queda por fijar el lugar en el que se instalará la placa que recordará el cariñoso homenaje que rendirán sus vecinos a este militar, del que conocían parte de su historia «pero no todos los detalles», explica el alcalde.

En Cariño aún reside parte de su familia española. Su hija, Marina, y sus nietos. Con uno de ellos, Andrés Alonso Rodríguez, tuvo oportunidad de charlar estos días el programa Voces de Ferrol, en Radio Voz (105.4 FM). Andrés conoció a su abuelo en Francia. Allí se había ido a vivir, en los 60, el hermano de su madre. Y posteriormente, su abuela, la primera mujer de Ángel. «Mi abuelo me venía a buscar a casa de mi abuela, vivían muy cerca, y así lo conocí». Y así se fue acercando también a la historia de un hombre que le despierta un profundo orgullo. «Porque luchó por las libertades sociales de las que hoy disfrutamos todos», asegura.

Recuerdos familiares

Parte de la historia de Ángel la ha ido conociendo gracias a lo que le contó su familia. Su madre y también su tío, que sigue viviendo en Francia. Pero los huecos los han llenado también los libros de historiadores e investigadores que, en los últimos años, se han ido acercando a aquellos españoles que, tras la Guerra Civil, se sumaron a las tropas aliadas dentro de la legendaria Novena Compañía del Regimiento de Marcha del Chad. La Nueve. La misma con la que, sobre el blindado Guernica, entró Ángel Cariño en París en agosto del 44. «En libros como el de Evelyn Mesquida -explica Andrés- se cuenta cómo salieron de España y cruzaron a África». Tras la Guerra Civil, Ángel, que había luchado con el ejército de la República contra los golpistas de Franco, tuvo que marcharse «en una especie de patera», apunta su nieto. «En África empezó la leyenda de los soldados españoles», explica. Desde allí marcharon luego a Inglaterra, más tarde a Francia («donde fueron decisivos para la organización de la Resistencia», cuenta Andrés) y luego al frente alemán.

Un héroe para Francia

Finalizada la guerra, Ángel vuelve a casarse y se queda en Francia, aunque no pierde el contacto con su familia gallega. Allí trabajó como obrero en una fábrica que él mismo ayudó a construir, tal y como ilustra una de las fotografías facilitadas por la familia. «Contaba con su reconocimiento de veterano de guerra, con distinción de héroe», como explica Andrés, «aunque los franceses son bastante chovinistas como para reconocer a los primeros españoles que entraron en París». Eso sí, desde hace unos años, una placa recuerda a la Nueve en la capital francesa. Ahora, serán los vecinos de este percebeiro quienes recuerden, 65 años después del fin de la guerra, a quien luchó por librar Europa del fascismo.

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